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Santiaguina, abogada por la Universidad Diego Portales, madre y esposa. Verónica Aldunate es una chilena residente en México desde hace casi una década. No obstante, el país azteca no fue su primer destino. Su espíritu aventurero, así como su deseo de continuar su desarrollo profesional, la llevaron a radicarse en España, donde cursó un Máster en Análisis Económico del Derecho y Políticas Públicas en la Universidad de Salamanca.
"Siempre me gustó mucho viajar. Había viajado con anterioridad a Europa y otros países del continente, pero el año y medio que viví en Salamanca fue un parteaguas. Me dije, si se puede vivir afuera".
Al preguntarle sobre su motivación para elegir México como su lugar de residencia, responde con seguridad: "fue un amor a primera vista. La primera vez vine por vacaciones y me gustó mucho, me encanta la cultura. Luego decidí hacer una pausa en el aspecto laboral, tomar una suerte de año sabático. Se dio la oportunidad de venir por seis meses y, sin querer queriendo, encontré el trabajo que siempre quise en Chile y que nunca pude materializar".
Verónica ahonda sobre su trayectoria laboral en Chile, donde se desempeñó en el Tribunal de Familia y nos cuenta su anhelo de trabajar como asesora legislativa.
"En México logré cumplir ese anhelo. Primero trabajé tres meses, ad honorem, en la oficina de un diputado que llegó a ser gobernador de su estado y luego con otros legisladores. Pero eso, pese a ser extranjera, me permitió abrir la puerta y comenzar a conocer el mundo legislativo mexicano desde sus entrañas". Agrega que su inserción en el mercado de trabajo mexicano no fue complicada y reconoce que le ayudó mucho contar con estudios de posgrado realizados en España.
Desde el ámbito familiar, la connacional comparte que tiene marido e hijo mexicano: Erandi, con quien lleva seis años de matrimonio y Claudio, quien cumplirá 5 años en agosto y cuyo principal nexo con Chile se ha dado a través del fútbol "aunque si hay un partido entre las selecciones de Chile y México, él va por el equipo tricolor".
¿Qué te vincula a México hoy?
Todo. México es de esas culturas que te permiten empaparte muy rápido. Yo me acostumbré a todo: la comida, el ritmo de vida. Hay muchas similitudes, por ejemplo, entre la música que se escucha en el sur campesino nuestro y lo que acá se oye popularmente.
Sobre las posibilidades de regresar a Chile, no duda en afirmar: "Veo muy difícil volver a residir de forma definitiva a Chile. Pese a que allá está mi familia, mis padres, mi hermana, que me encanta el centro de Santiago. Pero hay algo que tiene la cultura mexicana que me gusta: el mexicano vive al día, el chileno vive en el futuro. Eso me acomoda, me motiva, me gusta el disfrutar el aquí y el ahora.
Al responder cómo se ve Chile a la distancia, señala enfática: nostálgico, hermoso, con esperanza. "Pese a que los chilenos somos hijos del rigor en todo sentido, Chile es un país muy solidario, siento que nos falta sacudirnos el pesimismo, pero tenemos una fuerza de voluntad tremenda y eso nos hace salir siempre adelante. Somos una sociedad resilente, tal vez no muy empática, pero sí solidaria".
Finaliza, reconociendo con cierta nostalgia, su preferencia por el vino tinto, la empanada y el pisco sour, sobre preparaciones típicas de la gastronomía mexicana como los tacos, los tamales o el tequila.
