El Embajador de Chile en Suiza, José Luis Balmaceda, asistió al cumpleaños del chileno de mayor edad entre los connacionales residentes en el exterior. Se trata de Luis Alberto Concha Valdebenito, quien celebró sus 105 años acompañado de cuatro de sus nueve hijos, Leticia, Inés, Alma y Alejandro.
Radicado en la localidad de Ponte Tresa, Cantón del Ticino, llegó a Suiza el 23 de septiembre de 1980 junto a su señora Marta Julia González, quien dedicó 36 años de su vida a la labor docente en Angol.
Con el propósito de dejar testimonio de lo que ha sido su extensa vida escribió un texto que tituló “Pequeña historia de mi vida”, donde demuestra que su perseverancia, vida sana, corrección, responsabilidad, buena voluntad, gran amor por el trabajo y respeto por el prójimo.
Nacido el 25 de diciembre de 1909 en la precordillera de Nahuelbuta, fue el octavo de diez hermanos, hijos de un matrimonio de esforzados agricultores, cuyos conocimientos se los entregó el diario vivir. Desde muy temprana edad se convirtió en el brazo derecho de su padre en las labores del campo la que combinó con su educación en una escuela de Angol ubicada a 30 kilómetros de su casa, a la que sólo se podía acceder a pie o a caballo, donde obtuvo el premio de mejor alumno. En 1933 se recibió de Profesor en la Escuela Normal de Chillan con notas sobresalientes, ocupando el primer lugar de su promoción, lo que le valió el premio municipal. Su vocación de servicio público y entrega a los más necesitados caracterizó su vida profesional. Esa perseverancia lo llevó a dar educación universitaria a sus hijos, quienes hoy se encuentran repartidos entre Europa y los Estados Unidos.
Su primera oferta de trabajo como profesor lo trasladó al “Fundo Tres Pinos” en la zona de Nahuelbuta, donde para su sorpresa la escuela no existía. Con sus manos y el apoyo de un campesino del lugar construyó un local y su mobiliario, en el que albergó a cerca de 40 alumnos, permaneciendo 6 años. Luego asumió como profesor de la Escuela Número Uno de Angol a la que siguió la de Director de la Escuela 43 de Huequén, lo que le valió el premio municipal al mejor maestro de la Comuna. Culminó su larga y fructífera carrera como Director de Primera Clase de la Escuela Coeducacional Nr. 11 de Angol, donde permaneció durante 25 años. Si hay algo que don Luis me reiteró durante nuestra animado encuentro fue su permanente preocupación por no dejar a los menores sin educación.
Respecto de su longevidad asociada a la de padres y hermanos, señala que la misma responde en gran medida a “la vida junto a la tierra, consumiendo aguas de acequias, la fruta recogida del mismo árbol o de la tierra, constituye una vida sana; el organismo, desde la primera edad cría sus defensas y se hace más fuerte al obtenerla directamente de la naturaleza y en su conjunto crea también un sentimiento más fuerte de hermandad frente a los escollos que se deben superar para obtenerla, sin más medios que el ingenio y la ayuda mutua, lo cual también equilibra el aspecto sicológico”.